Las dos primeras fotos, son del primer día que se empieza a entrenar utilizando un PULSÓMETRO como medida para cuantificar la intensidad de los entrenamientos. En ella se ve como se han recorrido unos 20 kms en 1 hora y media casi de ciclismo con una velocidad media de 15km/hr. Según los datos del pulsómetro, ha sido una actividad muy intensa y según la percepción del deportista ha sido muy duro. A partir de ahí se empieza a utilizar el dispositivo para marcar las pautas de entreno y no solo para mirarlo al final de la actividad. Han sido muchas horas de "me aburro yendo tan despacio" y de "hay que hacerlo así porque es lo que toca". Al final, el resultado se ve en las otras dos imágenes donde después de un entrenamiento guiado, el mismo recorrido se ha hecho en unos 50 minutos, con una velocidad media de 23 km/hr y con una sensación del deportista de "podía haberme exprimido más aún". En conclusión, un margen de mejora de entre el 45 y el 50% de rendimiento de sus posibilidades, gracias a que, aparte de su voluntad y ganas, ha tenido un entrenamiento guiado y estructurado en base a datos reales y no solo a sensaciones.
Conclusión
Recomiendo a todas las personas que quieran realizar actividad física, sea del nivel que sea, ya sea para empezar a caminar y querer saber como tiene que hacerlo, o gente que quiere empezar a realizar un deporte de resistencia como puede ser correr o andar en bicicleta, tener a mano dispositivos como los pulsómetros o cualquier otro método de control de la intensidad, junto con el soporte de una persona cualificada para optimizar la eficacia de los entrenamientos y reducir al máximo las posibilidades de lesión.
Observación
Puedo decir que después de haber realizado pruebas de mediciones reales entre pulsómetro de muñeca (reloj) o pulsómetro de pecho (banda pectoral) hay mucha diferencia entre ambos, por lo que prefiero invertir en una banda pectoral y un dispositivo en el que pueda leer los datos.